Fue una de las creadoras principales de la música típica, movimiento musical que incorporó una versión refinada del folclore a la música popular urbana en la primera mitad del siglo XX. Sin estudios formales en música, fue autora de algunas de las tonadas y canciones costumbristas más reconocidas hasta hoy en día. Tuvo un especial interés en la música para la infancia, componiendo decenas de rondas, cantos y villancicos infantiles, tales como «¡Cómo nacen los pollitos!», «Chicharrita», «Romance de mi Bandera», «La casa sobre el mar», «Ronda de las cuatro letras», entre muchas otras. En 1977 su obra fue declarada material didáctico auxiliar de la educación musical chilena.